lunes, 29 de diciembre de 2014

Lo mejor del año - Parte IV

Llegamos por fin a lo más alto, y si bien han existido dudas a la hora de confeccionar el resto de la lista, el primer escalafón no ha representado ningún quebradero de cabeza. Desde la primera escucha quedó bien a las claras que Damon Fox ha vuelto a parir otra obra magistral que se encumbra como lo más destacado de un 2014 que ha tenido un bagaje realmente positivo.


1. Bigelf - Into the Maelstrom
  

Con tres discos como tres soles, sobre todo el maravilloso Cheat the Gallows, parecía que la banda ya había pasado a la historia tras llevar sin dar señales de vida desde el verano de 2010. Pero Fox no ha querido darse por vencido y echando mano del archiconocido batería Mike Portnoy, se ha vuelto a meter en el estudio para intentar lograr un merecido éxito que siempre les ha sido esquivo. Y el resultado no podía haber sido mejor.

Un disco que lo tiene absolutamente todo. Marcados toques pop como los de Already Gone y Theater of Dreams, que instantáneamente te traen a la cabeza al cuarteto de Liverpool. Temas pesados y cercanos al doom como el sabbathiano Edge of Oblivion u otros más metálicos como el adictivo Control Freak. Incluso armonías vocales al más puro estilo Freddy Mercury.

Los teclados de Damon inundan todos los temas del disco y transmiten efectos y fases de psicodelia como en la hipnótica High, o en una Incredible Time Machine que supone el punto de partida a un viaje extrasensorial. Evidentemente, la base progresiva de su sonido no se ha perdido por el camino, y temas de corte más clásico como The Proffesor and the Madman o Mr. Harry McQuhae nos transportan a los años más prolíficos del prog. En ITM, pieza que cierra el disco y que está dividida en tres actos, aúnan además una teatralidad digna del excéntrico Alice Cooper.

Pero si hay que destacar una terna de temas que sobresalga sobre todos los demás, esa no puede ser otra que la trilogía compuesta por Hypersleep, Alien Frequency y Vertigod. Es en estos temas donde se muestra a Bigelf en todo su esplendor. Temas eclécticos que conjugan todas las influencias de Fox, cambios de ritmo continuos bien trazados por los teclados del americano y guiados de forma magistral por un Mike Portnoy que desata todo su talento y precisión, y unos estribillos que se te quedan grabados a fuego desde la primera escucha. Temas imprescindibles y que suponen sin lugar a duda lo más destacado de todo el año.

Un trabajo perfecto y sin fisuras que vuelve a constatar la genialidad de un Fox que tiene que maldecir el haber nacido en una época tardía. No queda ninguna duda de que si la banda hubiese existido en los años setenta, ahora mismo estaría encuadrada dentro de los nombres importantes del progresivo más experimental. Esperemos que el éxito acabe por llegar y tengamos Bigelf para rato, desde luego sería la mejor noticia posible para los paladares más exquisitos. 


Mejor canción: Hypersleep
Valoración general: 9,5



viernes, 26 de diciembre de 2014

Lo mejor del año - Parte III

Dejando atrás otros trabajos reseñables como el debut de los jóvenes The Vintage Caravan, el nuevo viaje de Siena Root o el divertido disco de los melódicos H.e.a.t., nos acercamos a lo más alto de la lista con nuevas muestras de la calidad de dos bandas prometedoras y con la enésima demostración de uno de los más grandes e infravalorados clásicos del rock duro.


4. Rival Sons – Great Western Valkyrie
  

Tras un disco no del todo acertado y donde intentaban explorar nuevas posibilidades, el cuarto trabajo de la banda californiana ha significado una de las mejores noticias de este año. Dejando de lado los experimentos y volviendo a retomar ese rock clásico con sabor añejo y que tan bien conjuga las bondades del blues y el hard rock, han devuelto la esperanza sobre una banda que estaba al borde de la indiferencia y el olvido.

Siempre comparados y criticados por su gran similitud al sonido de Led Zeppelin, han sabido moldear un estilo propio sin dejar de lado esas claras influencias setenteras. Con una producción mucho más cruda y sucia, han conseguido dar vida a un disco redondo de principio a fin, con pepinazos directos al pecho como Electric Man o esa maravilla que es Secret.

Destacando sobre todo lo demás la maravillosa voz de Jay Buchanan, y bien apoyados en un acertado Scott Holiday, el disco presenta una colección heterogénea de temas sin sufrir bajón alguno a lo largo del mismo. Se atreven con leves toques de psicodelia e incluso con piezas sentidas y desgarradoras como la preciosa Belle Star o la cautivadora Rich and the Poor. Riffs poderosos como los de Good Luck, o incluso la presencia del Hammond en Good Things confieren al álbum una sensación de redondez y perfección donde no sobra ni un segundo de música. 


Mejor canción: Secret
Valoración general: 8,5


3. Uriah Heep - Outsider
  

44 años de la edición de su primer trabajo, 24 discos en estudio, continuos cambios de formación y numerosos giros en su sonido para adecuarse a las diferentes épocas. Y todavía capaces de sacar obras como este Outsider mientras sus colegas contemporáneos se dedican a vivir de las rentas y evitan el paso por el estudio durante años. La banda inglesa comandada por Mick Box, único miembro original que permanece en la formación, vuelve a demostrar otra vez su dedicación y su pasión por la música con un lanzamiento que continúa la senda de los últimos años y conforma una trilogía fantástica junto con Wake the Sleeper e Into the Wild.

Tras sus coqueteos con el AOR, su sonido mantiene cierto toque melódico pero sin dejar de lado esos aires progresivos dominados por la guitarra de Box y los teclados de un Phil Lanzon que se ha asentado como un más que digno sucesor del carismático Ken Hensley. El inicio del disco es una muestra perfecta con esa intro envolvente del magnífico Speed of Sound, un tema en el que el sonido del Hammond abraza y complementa la voz de un Brian Shaw en un gran estado de forma.

Canciones con estribillos pegadizos e instantaneos sumergidos en pasajes instrumentales melódicos y donde los solos de las dos bases de su sonido son continuos protagonistas. Piezas más sentidas y sobrecogedoras como el sobresaliente One Minute, se intercalan con otras más directas y sencillas como The OutsiderRock the Foundation o Jessie. Un álbum, que sin la majestuosidad de sus grandes clásicos, nos ofrece una nueva muestra del talento y la grandeza de un dinosaurio que no descansa. Pocas bandas más honestas y trabajadoras nos pueden ofrecer un disco como este casi medio siglo después de su nacimiento. Chapeau. 


Mejor canción: Speed of Sound
Valoración general: 8,7
2. Blues Pills – Blues Pills
  

El "debut" de la banda sueca no nos pilla por sorpresa tras haber presentado material previo en forma de EPs. Y si bien la mitad de las pistas del mismo son la revisión de temas anteriores, la calidad y poderío del trabajo es indiscutible.

Con una base rítmica formada por los antiguos integrantes de Radio Moscow y con la presencia de un imberbe Dorian Sorriaux que tiene madera de genio, el gran atractivo de la formación reside en su cantante. La hermosa Elin Larsson posee una voz privilegiada que la banda ha sabido explotar y ensalzar para construir las bases de un grupo que encabeza el panorama actual y sobre el que están depositas las mayores esperanzas para el futuro.

Desde los primeros compases del disco con esa espectacular High Class Woman y pasando por composiciones exquisitas como Ain't No Change o la psicodélica Jupiter, un sonido que recoge todo lo mejor del blues, la psicodelia y el hard rock de marcado poso añejo, nos abraza para guiarnos por pasajes instrumentales calmados y absorbentes que desembocan en solos exquisitos y en unas exhibiciones vocales sobrenaturales.

Las revisiones de temas como Black Smoke o la lenta River ganan con los nuevos arreglos y con una producción mucho más adecuada. Aunque incomprensiblemente, la intro de su aclamado Devil Man, donde Elin explotaba todo su poderío cantando a capella, ha sido eliminada y se presenta como la única nota cuestionable de un disco que no cambiará el mundo, pero sin duda lo hará más llevadero. El futuro del panorama musical actual parece estar ligado al de esta banda, por lo que crucemos los dedos y esperemos que continúen por la buena senda que han iniciado.


Mejor canción: High Class Woman
Valoración general: 9

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Lo mejor del año - Parte II

Continuamos con la selección de lo mejor del año con tres discos que han supuesto tanto sorpresas como consolidaciones, pero siempre con el nexo común de una calidad indiscutible.


7. Vandenberg's Moonkings - Vandenberg's Moonkings
  

La vuelta a la escena musical del guitarrista holandés no podía haber sido mejor. Rodeándose de una banda joven y con ganas de comerse el mundo, y manteniendo esa clase y ese buen gusto por el hard rock clásico y esa mezcla con el blues rock que durante tantos años explotó su excompañero David Coverdale, ha conseguido dar vida a un trabajo de corte añejo y de una calidad más que notable, que se aleja de la tónica de las bandas más actuales.

Aires de Led Zeppelin y Bad Company sobrevuelan unas canciones que bailan al son de un sorprendente Jan Hoving que recuerda por momentos a cantantes de la talla de Paul Rodgers, Robert Plant o el propio Coverdale. Close to You, la animada Leave This Town o una bluesera Good Thing, que trae a la cabeza los primeros Black Crowes, son temas que bien podían haber sido facturados en la década de los setenta por las bandas más pioneras del género. Y alrededor de todo ello, un Vandenberg espectacular y que no peca en el exceso de protagonismo del que otros guitarristas hacen gala en sus proyectos personales.

Y es que si bien el disco no ofrece nada nuevo, consigue sonar fresco y permite disfrutar de un género de capa caída en estos últimos años. El pegadizo single Lust and Lies es buena prueba de ello, así como una Line of Fire con una intro que rememora la del Cherry de UFO. Y como inmejorable cierre del disco, la revisión del tema Sailing Ships de Whitesnake, que cuenta con la colaboración de su legendario cantante original. Grata sorpresa la vuelta al ruedo de Adrian.


Mejor canción: Lust and Lies
Valoración general: 8
Valoración concierto Sala Arena (Madrid – 29/03/14): 7,3


6. Greenleaf – Trails & Passes
  

Sumidos en un momento musical donde el revival hard-stoner setentero está siendo explotado hasta la saciedad, el nuevo lanzamiento de la banda de origen sueco ha conseguido destacar entre todo este movimiento y desmarcarse con una propuesta mucho más fresca y personal.

El protagonismo de la base rítmica y el marcado poso pesado que inician unos riffs poderosos se mantiene, pero la monotonía y repetitividad tan habituales no tienen cabida en este disco. Además, el gran trabajo vocal de Arvid Jonsson, bien acompañado por unos buenos coros y por puntuales efectos psicodélicos, le da un toque aún más especial a esos marcados ritmos instrumentales.

Tommi Holappa se muestra más liberado y se atreve con solos y melodías más accesibles que lo que nos tiene acostumbrados con Dozer. Así, es capaz de construir riffs animados en Equators y The Drum o solos magníficos como los de Depth of the Sun o los del majestuoso tema homónimo.

El tema más largo del disco, With Eyes Wide Open, muestra a una banda en estado de gracia y que explora con pasajes psicodélicos y oscuros mientras se pierde en numerosos cambios de ritmo. Un disco que abarca todo lo posible (oscuridad, pesadez, psicodelia, sonido clásico, riffs demoledores y melódicos, hard rock…) y que logra conjugarlo de manera sobresaliente y sin llegar a resultar repetitivo en ningún momento. 


Mejor canción: Trails & Passes
Valoración general: 8,2


5. Motorpsycho - Behind the Sun


Pocas bandas existen más prolíficas en estos últimos años que los noruegos Motorpsycho. Y muchas menos que logren mantener un nivel tan alto en cada uno de sus discos, logrando además que cada uno de ellos explore nuevos caminos y suene diferente al anterior. Este trabajo no iba a ser una excepción y han vuelto a parir una obra que es una delicia para los oídos más exigentes.

Su continua experimentación nos acerca a un álbum repleto de pasajes instrumentales imposibles y lisérgicos que nos transportan a una dimensión paralela mientras nos dejamos llevar durante la hora que dura el trabajo. Mucha variedad en unos temas que transcurren desde el hard rock más clásico como en On A Plate y The Promise, hasta ciertos toques folk en Entropy, pasando por la lenta y desgarradora Ghost o una maravilla instrumental como Kvaestor. Todo ello manteniendo siempre las bases de la psicodelia y el progresivo que hacen tan inconfundible su sonido.

Los arreglos de guitarra, los maravillosos solos y los coros absorbentes de The Magic & The Wonder (A Love Theme) o las exhibiciones llevadas a cabo en las dos nuevas partes de Hell, que continúan con la saga iniciada en su anterior trabajo, son claros ejemplos de la grandeza de la banda y deja bien a las claras que son una de las formaciones más inspiradas y creativas de la última década. Solo queda cerrar los ojos y emprender un viaje maravilloso. 


Mejor canción: The Promise
Valoración general: 8,5
Valoración concierto Kristonfest (Bilbao – 24/05/14): 8,7



martes, 23 de diciembre de 2014

Lo mejor del año - Parte I

El primer año de vida de este blog llega a su fin, y con él recuerdos imborrables de conciertos, festivales y un puñado de discos que, aun añorando épocas pretéritas, nos han dejado un buen sabor de boca y nos hacen ver con cierta esperanza el futuro del panorama musical. 

Spirit of the Wild, con su gusto por el hard rock clásico y los sonidos añejos, quiere destacar de entre todos estos álbumes, los 10 que más han hecho retumbar nuestros altavoces.


10. The Soulbreaker Company – Graceless


El cuarto disco de la formación vitoriana sigue dejando bien a las claras que tienen algo especial, y que únicamente el poco apoyo estatal les priva de un éxito internacional más que merecido.

Alejándose un poco del space rock y el progresivo de su maravilloso Itaca, la banda ha girado hacía un sonido más accesible, melódico y pop. Pero todo ello sin dejar de lado su característica facilidad para crear atmósferas instrumentales y enlazarlas con la privilegiada voz de Jony Moreno.

Temas poperos como How Will We Get By? o la magnífica You!, se te quedan grabadas a la primera con esos estribillos tan disfrutables como efectivos. Many So Strange, por el contrario, sigue rebuscando ese sonido progresivo y esas atmósferas absorbentes que les hicieron dar el salto con su anterior lanzamiento. Unos teclados más comerciales te llevan de la mano en un viaje que recorre grandes pasajes como Dust From the Stars, Rain or Shine o la animada 1789.

En definitiva, un disco que sin llegar a las cotas alcanzadas por su predecesor, conforma una más que digna continuación del mismo y les sigue posicionando en lo alto de las formaciones nacionales.


Mejor canción: Many So Strange
Valoración general: 7,3
Valoración concierto Psilocybenea (Hondarribia – 02/05/14): 8
Valoración concierto Fiestas de la Virgen Blanca (Vitoria – 07/08/14): 9


9. Ted Nugent – Shutup & Jam
  

Siete años después de su último disco en estudio en los cuales se ha empeñado en demostrar su carácter polémico y su mentalidad patriota, el carismático frontman de Detroit vuelve al ruedo con un disco que poco tiene que ver con todo lo anterior que había editado

Temas de escasa duración, mucho más directos y sin florituras aparte de sus habituales juegos con las seis cuerdas. Canciones sencillas y eficaces como la que da título al disco o sendas Semper Fi y I Love My BBQ de marcada ideología estadounidense. El riff inicial de Fear Itself hace recordar la época dorada del americano, para luego volver a machacar la fórmula que marca el disco.

La colaboración del excentrico Sammy Hagar sirve para dar una nota diferente con el divertido She's Gone, al igual que lo hace Everything Matters y su base bluesera en la única canción que canta Derek St. Holmes. Un Derek que tiene muy poco protagonismo en el disco y que encuentra desaprovechada una voz de bastante más calidad que la del propio Ted.

Un disco al que puede costar engancharse por el impacto de no ser lo que te puedes esperar del viejo Nugent, pero que gracias a temas pegadizos como Never Stop Believing consigue hacerlo con el paso de las escuchas. El buffalo blanco está de vuelta.


8. Transatlantic - Kaleidoscope
  

Neal Morse suele ser sinónimo de buen gusto y exquisitas composiciones. Si lo juntas a además con músicos de la talla de Roine Stolt, Pete Trewavas y Mike Portnoy, el resultado no puede ser otra cosa que magnífico. Y este cuarto de Transatlantic no iba a ser una excepción.

Melodías fantásticas, armonías vocales y coros deliciosos, arreglos y pasajes de guitarra majestuosos y elaborados, y una base rítmica descomunal conforman un disco de únicamente 5 temas. Sin embargo, y como es habitual en el ámbito progresivo, Into the Blue y el tema que da el título al disco ocupan la mayor parte del minutaje del álbum, transportándonos a una dimensión envolvente y fantasiosa con repetidos giros y cambios de ritmo y tempo.

Shine y Beyond the Sun dejan la impronta melodiosa y calmada de Neal, mientras que Black As The Sky se presenta como el tema más accesible y directo del mismo. Además, un segundo disco con versiones de grupos legendarios como King Crimson, Small Faces o Yes, hacen las delicias de los fans del progresivo y completan una obra que constituye un viaje extrasensorial. Una año más, el progresivo sigue dejando perlas para el recuerdo.


Mejor canción: Into the Blue
Valoración general: 7,5



miércoles, 26 de noviembre de 2014

Michael Schenker, Escenario Santander (21-11-2014)

Ritchie Blackmore, Jimmy Page, Tony Iommi, Rory Gallagher, Ted Nugent, Randy Rhoads... Nombres todos ellos de grandes genios y majestuosos guitarristas de la historia del hard rock. Nombres entre los cuales no puede faltar el de un espigado y rubio alemán, que a pesar de dar continuos bandazos en su carrera, siempre ha demostrado su abrumante talento y calidad en composiciones ricas en pasajes melodiosos y con un estilo característico e inconfundible. Un alemán de nombre Michael Schenker.


Tras su rápida visita el año pasado a nuestro país, el guitarrista estaba de vuelta para actuar en ciudades algo menos habituales. Así, la capital cántabra tendría la ocasión de disfrutar de una leyenda que ha sabido arroparse de una formación de ensueño.

La difícil papeleta de defender los clásicos del alemán, recae en el trotamundos Doogie White, conocido principalmente por su participación en el último disco de Rainbow. Wayne Findlay ejerce tanto de segundo guitarra como de teclista, al igual que Paul Raymond hacía en la década de los setenta. Pero si algo magnífica esta formación, es la base rítmica formada por el bajista Francis Buchholz y el batería Herman Rarebell, miembros de la época dorada de los exitosos Scorpions.

Tras la actuación de los teloneros Fyre!, que terminó su show con una descafeinada y atrevida versión del Stairway to Heaven de Led Zeppelin, las luces se apagaban mientras la gente comenzaba a acercarse a unas ya pobladas primeras filas. Una épica intro sacudió la sala y supuso la salida de los músicos al escenario entre una marea de vítores. Aplausos que se multiplicaron cuando Wayne se acercó a su teclado y comenzó a golpear las primeras notas de Doctor Doctor.

Michael dejaba claro desde el primer momento que salía a comerse el mundo con la elección de uno de los mayores clásicos de UFO. Como era de esperar, numerosas piezas del platillo volante tuvieron cabida en un setlist que también hizo hueco a temas más recientes, donde se observó claramente el toque de Doogie White.


Where the Wild Winds Blow, una épica Lord of the lost and lonely con un poso similar al “Stranger in Us All” que el vocalista grabó bajo las ordenes de Ritchie Blackmore, o un emotivo Before the Devil Knows You’re Dead que fue dedicado al malogrado Ronnie James Dio, adquirieron una nueva dimensión en directo y no palidecieron ante la gran cantidad de clásicos que sonaron. Asimismo, Vigilante Man fue presentada y sirvió como adelanto de lo que será su próximo álbum.

Doogie se defendió a las mil maravillas y dominó perfectamente los agudos de los temas. Bien es cierto que sufrió en ocasiones en los tonos más bajos, llegando incluso a perder el aliento en varias estrofas. Aunque el mayor pero del show fueron los molestos acoples que se produjeron durante la primera parte del mismo, y que provocaron molestos pitidos que afortunadamente fueron solventados sin causas mayores.

Michael Schenker parecía dejar el protagonismo al cantante escocés, pero sin dejar de sonreír y de deleitar al personal con sus melodías y punteos a lomos de su inconfundible Flying V. Canciones de su etapa en solitario como Armed and Ready o la fantástica Victim of Illusion iban cayendo a la par que se mezclaban con clásicos de UFO y de Scorpions, en homenaje tanto a Francis y Herrman, como a su hermano Rudolf, líder de la banda alemana junto con el carismático Klaus Meine.

De esta forma, una sorpresiva Natural Thing, una maravillosa Let It Roll, una espídica Shoot Shoot o una aclamada Lovedrive se sucedían sin dejar en el olvido temas instrumentales como Into the Arena o Coast to Coast, donde Michael dio rienda suelta a su talento e ideó fantásticas melodías entrelazadas con solos de un gusto exquisito.


Pero si lo que había sonado hasta entonces ya había sido increíble, lo mejor quedaba para la recta final del show. Un coreadísimo Too Hot to Handle daba paso a un Rock You Like a Hurricane que hizo que la sala se viniera abajo. Saltos, gritos y empujones que se multiplicaron cuando el guitarrista se acercó al pie del escenario mientras Doogie ofrecía el micrófono al público. Y para rematar la faena, el imperecedero Rock Bottom que conllevó a uno de los momentos estelares del concierto. La habitual extensión del tema para el lucimiento personal de Michael, desembocó en un solo de una calidad abrumadora y que dejó al público boquiabierto y ensimismado. Con el retorno de Doogie, se fusionaban de nuevo los compases de la canción para poner punto y final al show. La banda salía a despedirse y se retiraba entre numerosos aplausos.


Obviamente, la cosa no iba a quedar ahí, saliendo los músicos a inmortalizar Lights Out. Otro hit inconfundible del platillo volante que volvió a propiciar un nuevo ejercicio imposible del guitarrista teutón con sus seis cuerdas. Tras otra nueva retirada, la banda despidió finalmente al público santanderino con el coreado Blackout de Scorpions. Un final de fiesta inmejorable para un concierto de una calidad incuestionable y con un Michael Schenker que está viviendo una segunda juventud. God bless Michael!!!




Setlist: Doctor Doctor / Where The Wild Winds Blow / Armed and Ready / Natural Thing / Victim of Illusion / Lovedrive / Coast to Coast / Before the Devil Knows You’re Dead / Lord of the Lost and Lonely / Let It Roll / Shoot Shoot / Into the Arena / Vigilante Man / Too Hot to Handle / Rock You Like a Hurricane / Rock Bottom / Lights Out / Blackout




lunes, 17 de noviembre de 2014

Graham Bonnet, Backstage Live (15-11-2014)

Difícil se hace escribir estas líneas resumiendo lo acontecido en la noche del sábado en Bilbao. Difícil porque difícil fue la digestión del esperpento que nos ofreció un cantante tan aclamado y carismático como Graham Bonnet.

El entusiasmo tras el anuncio de su gira española se fue poco a poco diluyendo tras varias entrevistas donde el inglés dejaba caer que no sonarían temas de Alcatrazz o MSG, y que no se iba centrar únicamente en las canciones del “Down to Earth” de Rainbow. Todo ello, a pesar de que la gira se presentaba bajo el nombre de Catch the Rainbow Tour. Aun así, todavía se mantenía un halo de esperanza y se esperaba un concierto digno de un icono como él.


Tras un concierto bastante flojo de los locales Ready Aim Fire, la sala iba cogiendo color para ver por fin a su ídolo. Y la primera sorpresa negativa llegaba al no desmontarse la batería de los teloneros. En efecto, Graham Bonnet iba a utilizar todo el backline de una banda amateur. Increíble.

A la hora establecida, se apagaron las luces y tres músicos desconocidos aparecieron sobre el escenario. Instantes después, la audiencia estallaba con la salida de un Graham al que se le nota el paso de los años, pero que sigue manteniendo su clase y arrogancia de siempre. Y si la sala ya era una fiesta, terminó por entrar en ebullición con el insuperable All Night Long con el que se daba el pistoletazo de salida al show.


Otros dos temas del arcoiris, Love’s No Friend y Makin’ Love, demostraban la grandeza del único disco que el frontman grabó junto al legendario guitarrista Ritchie Blackmore. En cuanto a voz, Graham se mostró bastante mejor de lo que se podía esperar a estas alturas, y defendió los temas dejándose la piel y apoyándose en un público que se sabía bien los estribillos. Esto mismo ocurrió con Night Games, tema de su disco “Line-Up”, editado en el año 1981 tras su salida de Rainbow.

Lo que sí que no era de recibo eran los músicos que lo acompañaban. Un guitarrista poco más que correcto, un batería de escaso nivel y una bajista que directamente no sabía tocar. Y es que está claro por qué la exuberante Beth-Ami está en la banda, es la pareja sentimental de Graham. Cosa que quedó bastante patente con sus miradas y tocamientos en escena.


Si el inicio no había sido del todo malo, todo comenzó a torcerse cuando el frontman echó mano de una guitarra acústica y encadenó de manera consecutiva temas nuevos, versiones de The Beatles y el Only One Woman de los Bee Gees que ya realizaba con The Marbles, su primera banda. Temas anodinos y poperos que no encajaban para nada con lo esperado por la audiencia y que fueron ejecutados de manera bastante simple y pobre. Por si fuera poco, el cantante no se sabía la letra de muchas de las canciones, teniéndolas que leer del suelo mientras cantaba. Una chapuza.


Para colmo, tanto el cantante como la bajista desaparecieron del escenario tras este set, y dejaron al guitarrista Conrado Pessinato y al batería Justin Lack para que se “lucieran” con sendos solos que podrían clasificarse de nivel amateur. La gente no se creía lo que estaba viendo, y no era para menos después de haber desembolsado la generosa cantidad de 30€ por la entrada.

De vuelta sobre las tablas, Graham, que estuvo muy charlatán toda la noche con el claro objetivo de ir ganando tiempo, intentó levantar el show con una espectacular Since You Been Gone que fue aclamada y coreada por todos. Pero volvió a fastidiarlo todo con una nueva retirada a camerinos.


Con el público enfadado, salió por última vez y escupió un más que notable Lost in Hollywood, dejando para el final el momento más lamentable del concierto. Se excusó ante la gente alegando que el batería llevaba apenas tres días en la banda y que no se sabía más temas, y tomó la decisión de finalizar el bolo con All Night Long, el mismo tema con el que había iniciado. Surrealista a la par que vergonzoso.



Las luces se encendieron y la música ambiente comenzó a sonar. Sí, definitivamente había terminado. La gente, anonadada, iba abandonando la sala mientras maldecían la ausencia de temas del genial “Assault Attack” de MSG o de Alcatrazz, banda donde Graham más tiempo ha durado y donde habitan numerosos temas de una calidad infinitamente superior a lo que había sonado en la sala bilbaína. Un regusto más amargo aún si cabe tras constatar que a nivel vocal sigue defendiéndose aceptablemente. Prometió volver con los temas aprendidos, pero dudo que la mayoría de la gente le vuelva a dar una segunda oportunidad. Una estafa no se olvida fácilmente.



Setlist: All Night Long / Love’s No Friend / Makin’ Love / Night Games / Always Be There / Eight Days a Week (The Beatles cover) / Witchwood / The Mirror Lies / Only One Woman (The Marbles cover) / Since You Been Gone / Lost in Hollywood / All Night Long



domingo, 9 de noviembre de 2014

Bigelf, Sala Sonora (08-11-2014)

El invierno por fin llegó y la noche del sábado se presentaba fría y lluviosa. Nada bueno suele salir con este panorama, pero sorpresas a ritmo de rock n’ roll pueden alegrarte la jornada y convertirla en algo memorable. Y esto ocurrió, vaya si ocurrió.


Pongámonos en situación y cojamos  a David Bowie, el pop de The Beatles, las melodías de Queen, el sonido progresivo y psicodélico de Pink Floyd, la densidad y oscuridad de Black Sabbath y la teatralidad de Alice Cooper, y metámoslo todo ello en una batidora. Así se podría llegar a definir el sonido que Damon Fox ha conseguido dar a su arriesgado proyecto. Bases nada novedosas, cierto es, pero con un resultado totalmente único y distintivo.

Con el gran problema de no mantener una formación estable, el excéntrico teclista y vocalista ha sabido jugar bien sus cartas para atraer al público español en las tres fechas que ha realizado en la península. Con la adición del guitarrista John Wesley (activo participante en las giras de Porcupine Tree) y sobre todo del incansable y superlativo Mike Portnoy, ha conseguido que las salas no fuesen un solar dada la poca repercusión que genera el propio grupo en este país. El bajista Duffy Snowhill completa el cuarteto y se presenta como el único miembro fijo junto con el propio Damon.


En la novedosa Sala Sonora de Erandio únicamente cerca de 200 personas se acercaron a presenciar un espectáculo sencillamente extraordinario. Y más de la mitad de ellas, exclusivamente por la presencia del batería de Nueva York. Una lástima.

 BEND SINISTER
Como teloneros actuaron los estadounidenses Jolly, rock progresivo con tintes metalizados actuales y que tuvieron una actuación mediocre y con un sonido que hacía retumbar la sala, y los canadienses Bend Sinister. Estos últimos dieron un concierto muy disfrutable y ameno, con un sonido progresivo con toques melódicos, pop y hasta AOR, donde destacó sobremanera el teclista/vocalista, tanto por su aspecto hippie como por su buen hacer a nivel vocal y con las teclas.


Con un público que disfrutaba y que poco a poco se iba acercando al escenario, los canadienses finalizaron el concierto realizando una versión de Supertramp, y visto el entusiasmo de la gente, un tema extra que bien podía estar incluido en el “Demons&Wizards” de los británicos Uriah Heep. Buena manera de ir entrando en calor.


BIGELF 
Con la sala de vuelta a la calma y pasado un cuarto de hora respecto a la hora prevista, Damon Fox y sus secuaces aparecían en escena. Todos menos un Mike Portnoy que se hizo de rogar y que recibió una ovación tremenda cuando por fin se sentó en su batería. Un Mike Portnoy que estuvo sencillamente espectacular y que al igual que con otros de sus numerosos proyectos, como por ejemplo Transatlantic, se mostró mucho más comedido y menos exhibicionista que lo que nos tenía acostumbrado durante su etapa con Dream Theater. Aun así, su comunicación con el público no faltó, levantándose numerosas veces de la silla y dirigiéndose al mismo para profesar su amor y gratitud por el proyecto de Fox.


Sobre un escenario donde apenas entraban los instrumentos, los teclados comenzaron a sonar y The Evils of Rock n’ Roll nos daba la bienvenida a un viaje maravilloso que duraría algo menos de hora y media. Desde esos primeros compases ya quedó claro lo que nos venía por delante. Una atmósfera embaucadora y fantasiosa creada por los teclados de Fox, una base rítmica demencial con un Portnoy y un Duffy inconmensurables y unas buenas guitarras, aunque menos agresivas y pesadas que en estudio. Damon también se mostró muy seguro y a buen nivel con su voz, pero lo que verdaderamente se echó de menos fueron los coros. Una pena, pero es que plasmar todo lo que ofrecen los discos en directo no es fácil. Y aun y con todo, el resultado fue sobresaliente.


La pesada y pegadiza Madhatter y una sorpresiva Painkillers, ambas recuperadas de su disco “Hex”, daban paso al material de “Into the Maelstrom”, álbum fantástico editado este mismo año y el cual se encuentran presentando en esta gira europea. Así, Hypersleep con su intro espacial, un Alien Frequency que hizo las delicias del público y una hipnótica Vertigod, que contó con una bestial intro de batería a cargo de Mike, se sucedieron una tras otra antes de dejar paso a uno de los momentos más curiosos de la velada. El batería abandonó el escenario y su lugar lo ocupó Baron Fox, hijo de Damon, para ejecutar un espectacular Money Machine, de su álbum debut del mismo nombre editado en el ya lejano año 2000.

Tras una cálida ovación, y con Mike de nuevo en su puesto, la sabbathiana Edge of Oblivion y la psicodélica ITM dejaban la recta final del concierto a dos temas de su anterior disco, “Cheat the Gallows”. Estos no fueron otros que la sincera Money, It’s Pure Evil y una inenarrable Counting Sheep. Sin ninguna duda, este último tema es una de las mejores composiciones de la banda, corroborándolo el propio Damon al manifestar que se trata de uno de sus favoritos. La sublime ejecución en directo puede dar buena cuenta de ello.


Con todos los asistentes totalmente extasiados y boquiabiertos, la penetrante introducción del último disco comenzó a sonar de fondo mientras los cuatro músicos volvían a escena y escupían Incredible Time Machine, donde todo el mundo coreó el sencillo estribillo. Sin dar ningún segundo de respiro y empalmando con el final de la canción, la ecléctica Blackball servía como punto y final a un concierto que tuvo una última sorpresa.

Al tratarse del último concierto de Portnoy con la banda (a partir de ahora su lugar lo ocupará el propio Baron), Damon quiso dedicarle una espectacular jam e hizo subir al escenario a los miembros de Bend Sinister. Durante unos minutos y con todos los instrumentos doblados a excepción de la batería, pudimos disfrutar de unos pasajes instrumentales maravillosos que acabaron fundiéndose con los últimos compases del tema anterior. Sencillamente memorable.






La sala encendía sus luces y las voces de la gente sustituían el sonido de los teclados y la batería. El concierto había terminado. Casi hora y media que se pasó volando y que dejó a todo el mundo con ganas de más. Sin ninguna duda, un concierto que ninguno olvidará y que guardará en la cabeza durante mucho tiempo. Lo allí acontecido había sido algo grandioso y de una calidad insuperable. Para colmo, Damon se mostró de los más cercano y simpático, acercándose al puesto de merchandising y sacándose fotos con la gente, firmando discos y charlando amistosamente con sus fans. Un diez para él, y un diez para Bigelf.



Setlist: The Evils of Rock n’ Roll / Madhatter / Painkillers / Hypersleep / Alien Frequency / Vertigod / Money Machine / Edge of Oblivion / ITM / Money, It’s Pure Evil / Counting Sheep / Incredible Time Machine / Blackball