viernes, 26 de diciembre de 2014

Lo mejor del año - Parte III

Dejando atrás otros trabajos reseñables como el debut de los jóvenes The Vintage Caravan, el nuevo viaje de Siena Root o el divertido disco de los melódicos H.e.a.t., nos acercamos a lo más alto de la lista con nuevas muestras de la calidad de dos bandas prometedoras y con la enésima demostración de uno de los más grandes e infravalorados clásicos del rock duro.


4. Rival Sons – Great Western Valkyrie
  

Tras un disco no del todo acertado y donde intentaban explorar nuevas posibilidades, el cuarto trabajo de la banda californiana ha significado una de las mejores noticias de este año. Dejando de lado los experimentos y volviendo a retomar ese rock clásico con sabor añejo y que tan bien conjuga las bondades del blues y el hard rock, han devuelto la esperanza sobre una banda que estaba al borde de la indiferencia y el olvido.

Siempre comparados y criticados por su gran similitud al sonido de Led Zeppelin, han sabido moldear un estilo propio sin dejar de lado esas claras influencias setenteras. Con una producción mucho más cruda y sucia, han conseguido dar vida a un disco redondo de principio a fin, con pepinazos directos al pecho como Electric Man o esa maravilla que es Secret.

Destacando sobre todo lo demás la maravillosa voz de Jay Buchanan, y bien apoyados en un acertado Scott Holiday, el disco presenta una colección heterogénea de temas sin sufrir bajón alguno a lo largo del mismo. Se atreven con leves toques de psicodelia e incluso con piezas sentidas y desgarradoras como la preciosa Belle Star o la cautivadora Rich and the Poor. Riffs poderosos como los de Good Luck, o incluso la presencia del Hammond en Good Things confieren al álbum una sensación de redondez y perfección donde no sobra ni un segundo de música. 


Mejor canción: Secret
Valoración general: 8,5


3. Uriah Heep - Outsider
  

44 años de la edición de su primer trabajo, 24 discos en estudio, continuos cambios de formación y numerosos giros en su sonido para adecuarse a las diferentes épocas. Y todavía capaces de sacar obras como este Outsider mientras sus colegas contemporáneos se dedican a vivir de las rentas y evitan el paso por el estudio durante años. La banda inglesa comandada por Mick Box, único miembro original que permanece en la formación, vuelve a demostrar otra vez su dedicación y su pasión por la música con un lanzamiento que continúa la senda de los últimos años y conforma una trilogía fantástica junto con Wake the Sleeper e Into the Wild.

Tras sus coqueteos con el AOR, su sonido mantiene cierto toque melódico pero sin dejar de lado esos aires progresivos dominados por la guitarra de Box y los teclados de un Phil Lanzon que se ha asentado como un más que digno sucesor del carismático Ken Hensley. El inicio del disco es una muestra perfecta con esa intro envolvente del magnífico Speed of Sound, un tema en el que el sonido del Hammond abraza y complementa la voz de un Brian Shaw en un gran estado de forma.

Canciones con estribillos pegadizos e instantaneos sumergidos en pasajes instrumentales melódicos y donde los solos de las dos bases de su sonido son continuos protagonistas. Piezas más sentidas y sobrecogedoras como el sobresaliente One Minute, se intercalan con otras más directas y sencillas como The OutsiderRock the Foundation o Jessie. Un álbum, que sin la majestuosidad de sus grandes clásicos, nos ofrece una nueva muestra del talento y la grandeza de un dinosaurio que no descansa. Pocas bandas más honestas y trabajadoras nos pueden ofrecer un disco como este casi medio siglo después de su nacimiento. Chapeau. 


Mejor canción: Speed of Sound
Valoración general: 8,7
2. Blues Pills – Blues Pills
  

El "debut" de la banda sueca no nos pilla por sorpresa tras haber presentado material previo en forma de EPs. Y si bien la mitad de las pistas del mismo son la revisión de temas anteriores, la calidad y poderío del trabajo es indiscutible.

Con una base rítmica formada por los antiguos integrantes de Radio Moscow y con la presencia de un imberbe Dorian Sorriaux que tiene madera de genio, el gran atractivo de la formación reside en su cantante. La hermosa Elin Larsson posee una voz privilegiada que la banda ha sabido explotar y ensalzar para construir las bases de un grupo que encabeza el panorama actual y sobre el que están depositas las mayores esperanzas para el futuro.

Desde los primeros compases del disco con esa espectacular High Class Woman y pasando por composiciones exquisitas como Ain't No Change o la psicodélica Jupiter, un sonido que recoge todo lo mejor del blues, la psicodelia y el hard rock de marcado poso añejo, nos abraza para guiarnos por pasajes instrumentales calmados y absorbentes que desembocan en solos exquisitos y en unas exhibiciones vocales sobrenaturales.

Las revisiones de temas como Black Smoke o la lenta River ganan con los nuevos arreglos y con una producción mucho más adecuada. Aunque incomprensiblemente, la intro de su aclamado Devil Man, donde Elin explotaba todo su poderío cantando a capella, ha sido eliminada y se presenta como la única nota cuestionable de un disco que no cambiará el mundo, pero sin duda lo hará más llevadero. El futuro del panorama musical actual parece estar ligado al de esta banda, por lo que crucemos los dedos y esperemos que continúen por la buena senda que han iniciado.


Mejor canción: High Class Woman
Valoración general: 9

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