miércoles, 22 de octubre de 2014

The Dictators, Kafe Antzokia (17-10-2014)

Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. No suelo estar muy de acuerdo con tal afirmación, pero desde luego, si hablamos de los Dictators se cumple a la perfección. Conciertos cortos, pero sin ninguna duda, cojonudos. Y cuanto más cortos son, es decir, sin las charletas de Manitoba, más cojonudos todavía. Así que en esta ocasión nos aferraremos a tal dicho.

La ya habitual sala Kafe Antzokia de Bilbao abría sus puertas de nuevo a la banda de New York, la cual parece que le ha cogido el gustillo a las giras por nuestro país. No me extraña, el público siempre responde con creces.


Allí aparecía su frontman, Richard “Handsome Dick” Manitoba, con ganas de comerse el mundo y con un gorro del Bronx, mostrando orgulloso de donde procede. Los años no pasan en balde por él, y es que hay que tener en cuenta que el primer disco de la banda data de 1975, pero sabe a las mil maravillas como meterse al público en el bolsillo. Comunicación continua con el público, permitiendo su participación y adentrándose incluso entre la gente. Un crack.


A ritmo de New York New York comenzaba el show, para seguir sin dar un mísero respiro con The Party Starts Now, mensaje captado. Inicio con dos canciones del disco “… And You?”, lanzado bajo el nombre de Manitoba’s Wild Kingdom, pero que contaba prácticamente con la misma formación que The Dictators. En estas formaciones si un nombre destacaba por encima del resto era el del bajista Andy Shernoff, compositor de la mayoría de los éxitos que ahora siguen sonando en su ausencia. Dean Rispler es el encargado de sustituirle en la banda, realizando una buena labor y mostrando una gran compenetración y buen rollo con Manitoba.


El concierto continuaba con un ritmo infernal, sonando uno tras otro verdaderos himnos del punk-rock como The Next Big Thing, Avenue A, Haircut and Attitude o un Who Will Save Rock n’ Roll? donde Manitoba dejó que el público desatase su furia cantando a todo trapo el pegadizo estribillo.

Evidentemente, no dejaron en el olvido su mejor álbum, “Bloodbrothers”, escupiendo al público bilbaíno la fantástica The Minessota Strip, la espídica Faster and Louder y la inconfundible y magnífica versión de los Flamin’ Groovies, Slow Death. Este último tema fue alargado y contó con varios solos intercalados de los dos guitarristas de la formación actual, Daniel Rey y el incombustible Ross “The Boss” Friedman.


Cuando parecía que el concierto no podía superarse, llegó el gran momento del mismo cuando Manitoba se adentró entre el gentío para cantar el pegadizo Baby Let’s Twist junto a sus seguidores. La gente no paraba de hacerse fotos con su ídolo y de dejarse hasta el último aliento en uno de los temas por excelencia de los neoyorkinos. Con la sala en ebullición, el carismático cantante volvió al escenario para ejecutar la habitual versión del Kick Out the Jams de MC5, que supuso la salida, entre numerosos aplausos, de la banda al camerino.

Tras una espera que se hizo eterna por el ritmo frenético del show, los 5 miembros volvieron a escena para cantar la vacilona Two Tub Man. Entre medias del tema, Manitoba aprovechó para presentar a los miembros del grupo, recibiendo tanto él como Ross The Boss las mayores ovaciones. No es para menos, el fundador de la banda de heavy metal Manowar, estuvo sensacional a las seis cuerdas toda la velada.


Para el final de fiesta dejaron uno de sus mejores y más aclamados temas, Stay With Me. Manitoba sabe bien que el tema es una incitación al pogueo y a la fiesta, por lo que volvió a adentrarse entre la muchedumbre y cedió el micrófono para que la gente diese rienda suelta a su entusiasmo. Sencillamente magistral.



De esta forma acababa un show corto, apenas hora y diez minutos de duración, pero intenso, de una calidad intachable y que se convirtió en una verdadera fiesta. La banda americana lo da todo en escena y eso es de agradecer vista la edad de sus componentes. Llegados a este punto, no sé quién salvará el rock n’ roll, pero The Dictators son desde luego los primeros que no quieren que esto muera. THE PARTY STARTS NOW!!!!



Setlist: New York New York / The Party Starts Now / The Next Big Thing / Avenue A / Haircut and Attitude / Who Will Save Rock n’ Roll? / The Minnesota Strip / Slow Death (Flamin’ Groovies cover) / Baby Let’s Twist / Faster and Louder / Kick Out the Jams (MC5 cover) / Two Tub Man / Stay With Me



jueves, 16 de octubre de 2014

Accept, Sala Riviera (11-10-2014)

Si nos ponemos a elaborar una lista con los grandes nombres del heavy metal, no hace falta esperar mucho tiempo para que venga a nuestra mente el de Accept. El grupo alemán fue uno de los máximos exponentes del género en los 80, influyendo a cientos de grupos que se han ido desmarcando hacía otros subgéneros, y 30 años después sigue estando en la cresta de la ola.

De aquella época gloriosa, ya no permanece en la banda su carismático e inconfundible cantante, Udo Dirkschneider. Sin embrago, Wolf Hoffmann y Peter Baltes han encontrado en Mark Tornillo un sustituto más que digno. Tres discos tienen ya en su haber con el nuevo cantante, y a pesar de haber endurecido el sonido de la banda, mantienen ese ritmo pesado y a la vez espídico que siempre les ha caracterizado. Las marcadas líneas de bajo de Baltes, los solos agresivos de Hoffman y los coros tan inconfundibles siguen siendo santo y seña del quinteto teutón. Un quinteto que lo completan el batería Stefan Schwarzmann y el guitarrista Herman Frank, quien ya había estado presente en el pasado en la gran obra maestra del grupo, “Balls to the Wall”.


A razón del reciente lanzamiento de dicho tercer disco con Tornillo, “Blind Rage”, se nos presentaba la oportunidad de disfrutar de su directo en una gira que les llevaría por únicamente tres ciudades españolas. En Barcelona el lleno estaba cercano, mientras que en Pamplona ya había sido confirmado tras colgarse el cartel de “Entradas Agotadas”. Madrid no iba a ser menos y la Sala Riviera, que ha visto reducido su aforo en fechas recientes, presentó una magnífica entrada en la lluviosa tarde-noche del sábado.


Tras el corto y discreto concierto de la banda australiana, Damnation Days, que fue la encargada de hacer entrar en calor a la muchedumbre, se subía un telón negro que dejaba a la vista una monstruosa batería que reposaba sobre una llamativa plataforma. Una cortina de humo se apoderó del escenario para que segundos más tarde la banda hiciese acto de presencia ejecutando Stampede, tema que abre su nueva obra. Al igual que ocurrió con los demás temas que representaron el disco, un total de seis, la canción adquirió una nueva dimensión y mejoro sobremanera a su versión en estudio.


La épica Stalingrad, donde Tornillo ondeó una bandera con el logo de la banda, y Hellfire, precedieron a uno de los mejores temas nuevos, 200 Years. Quedaba claro que la presencia del nuevo vocalista iba a hacer que el setlist estuviese centrado en canciones de los últimos discos. Sin embargo, la ejecución de Losers and Winners, la clásica London Leatherboys y la fantástica Starlight, en la que ambos guitarristas intercambiaron solos en primera línea de batalla, encendieron definitivamente al público y dejaron bien a las claras el poderío de la etapa clásica.

Algo parecido ocurrió con éxitos que sonaron de su espectacular álbum “Restless and Wild”. Así, el coreado tema homónimo y sobre todo una pesada y larga Princess of the Dawn, que fue sin duda uno de los puntos más álgidos de todo el show, sobresalieron entre temas como Dying Breed, Shadow Soldiers o un No Shelter en el que los dos líderes de la banda, Peter Baltes y Wolf Hoffmann, acapararon las miradas del público con un duelo bajo-guitarra espectacular.


Tornillo también fue objeto de muchas miradas, y es que la sombra de Udo es alargada. Pero la verdad es que el americano defendió a las mil maravillas tanto sus temas como los de su predecesor, aunque bien es cierto que le costaba llegar a los puntos más agudos y en ocasiones se llegó a quedar sin aire en varias estrofas. Pero si alguien destacó sobremanera, ese no fue otro que Wolf Hoffmann. El guitarrista teutón fue amo y señor del show, efectuando solos espectaculares, moviéndose de un lado a otro del escenario y haciendo continuos gestos a los fans que respondían con la misma energía que ellos estaban ofreciendo. Y es que la banda no ofrecía respiro ninguno, se iban sucediendo un tema tras otro, con una fuerza y una energía asombrosas para la edad de sus componentes. 




Encarando la recta final del show, sonaron la efectiva Dark Side of My Heart y la contundente Pandemic, antes de que la banda, a excepción de Tornillo, abandonase por un momento el escenario. Las luces se apagaron y comenzó a sonar la inconfundible intro del Fast as a Shark. Posiblemente el tema más conocido del grupo y que provocó una reacción increíble entre el público. La gente que abarrotaba las primeras filas comenzó a dar saltos, empujones y a corear la canción sin prestar mucha atención al sonido saturadísimo de la misma. Sin duda, la canción que peor sonó de todo el concierto, pero que fue la más ovacionada y disfrutada. Una vez devuelta la calma, los miembros del grupo se despidieron y se adentraron en su camerino mientras la gente aplaudía y coreaba el nombre de Accept.

La práctica habitual de las bandas no iba a ser desechada por los alemanes, y rápidamente volvieron a escena para escupirnos en la cara un himno como Metal Heart. Puñetazos en el pecho y gritos al son del nombre de la canción encumbraron el tema como uno de los mejores de la noche. A continuación sonó Teutonic Terror, tema poco adecuado para incluir en unos bises, para dar por concluido el show con el indispensable y majestuoso Balls to the Wall, que fue alargado hasta la extenuación y que contó con numerosos solos y con una parte central donde el público fue protagonista.

Ahora sí, el quinteto germano se despedía definitivamente con una ovación ensordecedora. Las dos horas exactas de concierto se habían pasado volando sin descanso entre canción y canción. Un concierto magnífico, con unos coros estupendos, con unas galopadas de bajo espectaculares y con unas guitarras feroces y agresivas. Una banda en plena forma que sigue demostrando porque son verdaderos iconos del heavy metal. Winners and Winners!!!




Setlist: Stampede / Stalingrad / Hellfire / 200 Years / Losers and Winners / London Leatherboys / Starlight / Dying Breed / Final Journey / Shadow Soldiers / From the Asses We Rise / Restless and Wild / Ahead of the Pack / No Shelter / Princess of the Dawn / Dark Side of my Heart / Pandemic / Fast as a Shark / Metal Heart / Teutonic Terror / Balls to the Wall



martes, 14 de octubre de 2014

Y&T, Kafe Antzokia (10-10-2014)

Como viene siendo habitual en estos últimos años, numerosos conciertos conmemorativos o aniversario se están dando entre las grandes bandas aún supervivientes de las décadas de los 70 y los 80. En esta ocasión le tocaba el turno a los californianos Y&T, celebrando los 40 años de una carrera repleta de grandes discos y canciones, pero que no ha tenido nunca el reconocimiento que se ha merecido. Banda siempre infravalorada injustamente, que cuenta en sus filas con uno de los frontman más honestos y completos del planeta, Dave Meniketti. Gran guitarrista, buen compositor y excelente vocalista, todo ello en una única figura que además mantiene una sonrisa eterna y se muestra cercano a la gente en todo momento.

Habituados a conciertos que no superan la hora y media en el mejor de los casos, con un setlist fijado e inamovible para toda la gira y sin apenas sorpresas en el mismo, los americanos se desmarcan con una propuesta donde el único fin es contentar a su público. Conciertos largos que sobrepasan las dos horas de duración, setlists que van variando en cada fecha, canciones que entran en los mismos sobre la marcha a petición de los fans, conciertos con un ritmo frenético que apenas tienen parones entre canciones o para decir tonterías ante el gentío. Y&T va a lo que va, y el público siempre responde con una gran asistencia y vibrando con cada himno de la banda.


Con 15 minutos de retraso respecto al horario fijado, la intro From the Moon desataba a la audiencia y los cuatro miembros del grupo salían a escena para dar por iniciado el concierto con uno de sus mayores clásicos, Rescue Me. Ya tenían al público en el bolsillo y aquello no había hecho nada más que comenzar. Temas que no podían faltar como Don’t Stop Runnin’, la fantástica Black Tiger o la pegadiza Lipstick and Leather, se intercalaban con otros menos habituales como L.A. Rocks o la divertida Lucy.


La banda ya había avisado que iba a haber varias sorpresas en el set por tratarse de un concierto que repasa sus 40 años al pie del cañón. Una banda liderada por Meniketti (único miembro original de la banda), y bien secundada por el batería Mike Vanderhule que estuvo inconmensurable toda la noche, por el bajista Brad Lang que sustituye al tristemente fallecido Phil Kennemore, y por el guitarrista John Nymann. Este último lleva en la formación desde 2001, por lo que se le nota ya perfectamente integrado en la misma y manteniendo una conexión perfecta con Dave. Destacar además, el buen rollo que transmite siempre con una sonrisa en la cara y dirigiéndose y señalando continuamente a la gente de las primera filas.


El concierto seguía su curso sin dar un respiro, sonando himnos como Mean Streak, una increíble y alargada Dirty Girl donde ambos guitarristas realizaron solos a escasos centímetros de la poblada primera fila, y uno de los mejores y más bonitos temas grabados por la banda de Oakland, Midnight in Tokyo, que fue aclamado y cantado por todo el público que abarrotaba la sala bilbaína.

Para dar todavía un toque más especial, se atrevieron a tocar Cold Day in Hell por primera vez en su historia, y tranquilamente pueden dejarla como habitual en el set porque sonó de auténtico lujo. Aunque para lujo el extracto del Don’t Wanna Lose que Meniketti cantó a capella a petición del público. Sin duda uno de los mejores momentos del show y donde Dave mostró todo su sentimiento y poderío vocal.


Una sentida y preciosa Winds of Change, temas de su último disco “Facemelter”, como I’m Coming Home y I Want Your Money, o un espectacular Lonely Side of Town pedido por la audiencia, sonaban uno tras otro sin dejar atrás momentos de lucimiento personal como en la pieza instrumental, I’ll Cry For You, con un marcado toque blues y en la que Meniketti dio rienda suelta a su buen hacer con las seis cuerdas.


Encarando ya la recta final del show, no faltaron su gran hit comercial, Summertime Girls, y una maravillosa I Believe in You que contó con un solo estratosférico del frontman y que dio por finalizado el bolo con el abandono de la banda a su camerino.


Al son de un grito que clamaba “Open Fire, Open Fire…”, los músicos volvían a escena y complacían al público con el tema de apertura de su gran obra, “Black Tiger”. Unos bises que contaron también con Hang ‘em High y con un espectacular y coreadísimo Forever que ponía, ahora sí, punto y final al show.


Tras dos horas y cuarto de pura magia, con una banda rebosante de clase, elegancia y actitud, la gente iba poco a poco desalojando la sala. Un concierto maravilloso que le hace a uno pensar por qué tanto el grupo como Dave Meniketti, no tienen el reconocimiento que se merecen a la hora de enumerar a los grandes artistas del hard rock. Desde luego, se merecen un hueco entre los más grandes. In Rock We Trust!!! In Y&T We Trust!!!



Setlist: From the Moon / Rescue Me / Don’t Stop Runnin’ / L.A. Rocks / Black Tiger / Lucy / Lipstick and Leather / Don’t Be Afraid of the Dark / Mean Streak / Dirty Girl / Midnight in Tokyo / Cold Day in Hell / Don’t Wanna Lose (parcial) / Winds of Change / I’m Coming Home / I’ll Cry for You / Lonely Side of Town / All American Boy / I Want Your Money / Contagious / Summertime Girls / I Believe in You / Open Fire / Hang ‘em High / Forever