Difícil se hace escribir estas líneas
resumiendo lo acontecido en la noche del sábado en Bilbao. Difícil porque
difícil fue la digestión del esperpento que nos ofreció un cantante tan
aclamado y carismático como Graham Bonnet.
El entusiasmo tras el anuncio de su
gira española se fue poco a poco diluyendo tras varias entrevistas donde el
inglés dejaba caer que no sonarían temas de Alcatrazz o MSG, y que
no se iba centrar únicamente en las canciones del “Down to Earth” de Rainbow.
Todo ello, a pesar de que la gira se presentaba bajo el nombre de Catch
the Rainbow Tour. Aun así, todavía se mantenía un halo de esperanza y
se esperaba un concierto digno de un icono como él.
Tras un concierto bastante flojo de los
locales Ready Aim Fire, la sala iba cogiendo color para ver por fin a su ídolo. Y la
primera sorpresa negativa llegaba al no desmontarse la batería de los teloneros. En
efecto, Graham Bonnet iba a utilizar todo el backline de una banda amateur. Increíble.
A la hora establecida, se apagaron las
luces y tres músicos desconocidos aparecieron sobre el escenario. Instantes
después, la audiencia estallaba con la salida de un Graham al que se le nota el paso de los años, pero que sigue
manteniendo su clase y arrogancia de siempre. Y si la sala ya era una fiesta,
terminó por entrar en ebullición con el insuperable All Night Long con el que se daba el pistoletazo de salida al show.
Otros dos temas del arcoiris, Love’s No Friend y Makin’
Love, demostraban la grandeza del único disco que el frontman grabó junto
al legendario guitarrista Ritchie
Blackmore. En cuanto a voz, Graham
se mostró bastante mejor de lo que se podía esperar a estas alturas, y defendió
los temas dejándose la piel y apoyándose en un público que se sabía bien los
estribillos. Esto mismo ocurrió con Night
Games, tema de su disco “Line-Up”,
editado en el año 1981 tras su salida de Rainbow.
Lo que sí que no era de recibo eran
los músicos que lo acompañaban. Un guitarrista poco más que correcto, un
batería de escaso nivel y una bajista que directamente no sabía tocar. Y es
que está claro por qué la exuberante Beth-Ami
está en la banda, es la pareja sentimental de Graham. Cosa que quedó bastante patente con sus miradas y
tocamientos en escena.
Si el inicio no había sido del todo
malo, todo comenzó a torcerse cuando el frontman echó mano de una guitarra
acústica y encadenó de manera consecutiva temas nuevos, versiones de The Beatles y el Only One Woman de los Bee Gees
que ya realizaba con The Marbles, su
primera banda. Temas anodinos y poperos que no encajaban para nada con lo
esperado por la audiencia y que fueron ejecutados de manera bastante simple y
pobre. Por si fuera poco, el cantante no se sabía la letra de muchas de las canciones, teniéndolas que leer del suelo mientras cantaba. Una chapuza.
Para colmo, tanto el cantante como la
bajista desaparecieron del escenario tras este set, y dejaron al guitarrista Conrado Pessinato y al batería Justin Lack para que se “lucieran” con
sendos solos que podrían clasificarse de nivel amateur. La gente no se creía lo
que estaba viendo, y no era para menos después de haber desembolsado la generosa
cantidad de 30€ por la entrada.
De vuelta sobre las tablas, Graham, que estuvo muy charlatán toda la
noche con el claro objetivo de ir ganando tiempo, intentó levantar el show con
una espectacular Since You Been Gone
que fue aclamada y coreada por todos. Pero volvió a fastidiarlo
todo con una nueva retirada a camerinos.
Con el público enfadado, salió por
última vez y escupió un más que notable Lost in
Hollywood, dejando para el final el momento más lamentable del concierto. Se
excusó ante la gente alegando que el batería llevaba apenas tres días en la banda y que no se
sabía más temas, y tomó la decisión de finalizar el bolo con All Night Long, el mismo tema con el que había iniciado.
Surrealista a la par que vergonzoso.
Las luces se encendieron y la música
ambiente comenzó a sonar. Sí, definitivamente había terminado. La gente,
anonadada, iba abandonando la sala mientras maldecían la ausencia de temas del genial
“Assault Attack” de MSG o de Alcatrazz, banda donde Graham
más tiempo ha durado y donde habitan numerosos temas de una calidad
infinitamente superior a lo que había sonado en la sala bilbaína. Un regusto
más amargo aún si cabe tras constatar que a nivel vocal sigue defendiéndose aceptablemente.
Prometió volver con los temas aprendidos, pero dudo que la mayoría de la gente
le vuelva a dar una segunda oportunidad. Una estafa no se olvida fácilmente.
Setlist: All Night Long / Love’s No Friend / Makin’ Love / Night Games / Always
Be There / Eight Days a Week (The Beatles cover) / Witchwood / The Mirror Lies
/ Only One Woman (The Marbles cover) / Since You Been Gone / Lost in Hollywood
/ All Night Long
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