El invierno por fin llegó y la noche del sábado se
presentaba fría y lluviosa. Nada bueno suele salir con este panorama, pero
sorpresas a ritmo de rock n’ roll pueden alegrarte la jornada y convertirla en
algo memorable. Y esto ocurrió, vaya si ocurrió.
Pongámonos en situación y cojamos a David
Bowie, el pop de The Beatles,
las melodías de Queen, el sonido
progresivo y psicodélico de Pink Floyd,
la densidad y oscuridad de Black Sabbath
y la teatralidad de Alice Cooper, y
metámoslo todo ello en una batidora. Así se podría llegar a definir el sonido
que Damon Fox ha conseguido dar a su
arriesgado proyecto. Bases nada novedosas, cierto es, pero con un resultado
totalmente único y distintivo.
Con el gran problema de no mantener una formación
estable, el excéntrico teclista y vocalista ha sabido jugar bien sus cartas
para atraer al público español en las tres fechas que ha realizado en la
península. Con la adición del guitarrista John
Wesley (activo participante en las giras de Porcupine Tree) y sobre todo del incansable y superlativo Mike Portnoy, ha conseguido que las
salas no fuesen un solar dada la poca repercusión que genera el propio grupo en
este país. El bajista Duffy Snowhill
completa el cuarteto y se presenta como el único miembro fijo junto con el
propio Damon.
En la novedosa Sala
Sonora de Erandio únicamente cerca
de 200 personas se acercaron a presenciar un espectáculo sencillamente
extraordinario. Y más de la mitad de ellas, exclusivamente por la presencia del
batería de Nueva York. Una lástima.
BEND SINISTER
Como teloneros actuaron los estadounidenses Jolly, rock progresivo con tintes
metalizados actuales y que tuvieron una actuación mediocre y con un sonido que
hacía retumbar la sala, y los canadienses Bend
Sinister. Estos últimos dieron un concierto muy disfrutable y ameno, con un
sonido progresivo con toques melódicos, pop y hasta AOR, donde destacó
sobremanera el teclista/vocalista, tanto por su aspecto hippie como por su buen
hacer a nivel vocal y con las teclas.
Con un público que disfrutaba y que poco a poco se iba acercando
al escenario, los canadienses finalizaron el concierto realizando una versión
de Supertramp, y visto el entusiasmo
de la gente, un tema extra que bien podía estar incluido en el “Demons&Wizards” de los británicos Uriah Heep. Buena manera de ir entrando
en calor.
BIGELF
Con la sala de vuelta a la calma y pasado un cuarto de
hora respecto a la hora prevista, Damon
Fox y sus secuaces aparecían en escena. Todos menos un Mike Portnoy que se hizo de rogar y que recibió una ovación
tremenda cuando por fin se sentó en su batería. Un Mike Portnoy que estuvo sencillamente espectacular y que al igual que con otros de sus numerosos proyectos, como por ejemplo Transatlantic, se mostró mucho más comedido y menos exhibicionista que lo que nos tenía acostumbrado durante su etapa con Dream Theater. Aun así, su comunicación con el público no faltó, levantándose numerosas veces de la silla y dirigiéndose al mismo para profesar su amor y gratitud por el proyecto de Fox.
Sobre un escenario donde apenas entraban los instrumentos, los teclados comenzaron a
sonar y The Evils of Rock n’ Roll nos
daba la bienvenida a un viaje maravilloso que duraría algo menos de hora y
media. Desde esos primeros compases ya quedó claro lo que nos venía por
delante. Una atmósfera embaucadora y fantasiosa creada por los teclados de Fox, una base rítmica demencial con un Portnoy y un Duffy inconmensurables y unas buenas guitarras, aunque menos agresivas y pesadas que en estudio. Damon también se mostró muy seguro y a buen nivel con su voz,
pero lo que verdaderamente se echó de menos fueron los coros. Una pena, pero
es que plasmar todo lo que ofrecen los discos en directo no es fácil. Y aun y
con todo, el resultado fue sobresaliente.
La pesada y pegadiza Madhatter
y una sorpresiva Painkillers, ambas recuperadas
de su disco “Hex”, daban paso al
material de “Into the Maelstrom”,
álbum fantástico editado este mismo año y el cual se encuentran presentando en
esta gira europea. Así, Hypersleep
con su intro espacial, un Alien Frequency
que hizo las delicias del público y una hipnótica Vertigod, que contó con una bestial intro de batería a cargo
de Mike, se sucedieron una tras otra
antes de dejar paso a uno de los momentos más curiosos de la velada. El batería
abandonó el escenario y su lugar lo ocupó Baron
Fox, hijo de Damon, para ejecutar
un espectacular Money Machine, de su álbum
debut del mismo nombre editado en el ya lejano año 2000.
Tras una cálida ovación, y con Mike de nuevo en su puesto, la sabbathiana Edge of Oblivion y la psicodélica ITM dejaban la recta final del concierto a dos temas de su anterior
disco, “Cheat the Gallows”. Estos no
fueron otros que la sincera Money, It’s
Pure Evil y una inenarrable Counting
Sheep. Sin ninguna duda, este último tema es una de las mejores
composiciones de la banda, corroborándolo el propio Damon al manifestar que se
trata de uno de sus favoritos. La sublime ejecución en directo puede dar buena
cuenta de ello.
Con todos los asistentes totalmente extasiados y boquiabiertos,
la penetrante introducción del último disco comenzó a sonar de fondo mientras
los cuatro músicos volvían a escena y escupían Incredible Time Machine, donde todo el mundo coreó el sencillo estribillo.
Sin dar ningún segundo de respiro y empalmando con el final de la canción, la ecléctica
Blackball servía como punto y final a
un concierto que tuvo una última sorpresa.
Al tratarse del último concierto de Portnoy con la banda (a partir de ahora su lugar lo ocupará el
propio Baron), Damon quiso dedicarle
una espectacular jam e hizo subir al
escenario a los miembros de Bend
Sinister. Durante unos minutos y con todos los instrumentos doblados a excepción de la batería,
pudimos disfrutar de unos pasajes instrumentales maravillosos que acabaron
fundiéndose con los últimos compases del tema anterior. Sencillamente memorable.
La sala encendía sus luces y las voces de la gente
sustituían el sonido de los teclados y la batería. El concierto había
terminado. Casi hora y media que se pasó volando y que dejó a todo el mundo con
ganas de más. Sin ninguna duda, un concierto que ninguno olvidará y que
guardará en la cabeza durante mucho tiempo. Lo allí acontecido había sido algo
grandioso y de una calidad insuperable. Para colmo, Damon se mostró de los más cercano y simpático, acercándose al
puesto de merchandising y sacándose fotos con la gente, firmando discos y
charlando amistosamente con sus fans. Un diez para él, y un diez para Bigelf.
Setlist: The Evils
of Rock n’ Roll / Madhatter / Painkillers / Hypersleep / Alien Frequency /
Vertigod / Money Machine / Edge of Oblivion / ITM / Money, It’s Pure Evil / Counting
Sheep / Incredible Time Machine / Blackball
Gran crónica, sí señor.
ResponderEliminarEspectaculares fotos, Roy.
ResponderEliminarGracias, compañeros. La verdad es que aún sigo maravillado con lo presenciado anoche.
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