Tres factores determinan el resultado
final de un concierto. En menor medida, el público asistente, la sala o su
acústica en particular, y por supuesto, la propia banda. Si esta última no está
a la altura difícilmente se puede acabar con un buen sabor de boca, pero aun
rayando a buena altura, una mala combinación de los dos primeros factores puede
empañar el resultado final.
Esto último es lo que tristemente sucedió en la lluviosa noche del sábado en la
fría ciudad de Burgos.
El concierto se presentaba con
incertidumbre debido al estado físico de su cantante, Jonas Ahlen, que la noche anterior no había podido salir al
escenario en Cangas, resultando un concierto acústico del resto de la banda
sueca. Sin embargo, la fortuna se conjuró para que en Burgos estuviera la formación
al completo. Fortuna en cierta manera, porque la horrible acústica de la sala
provocó que las voces apenas fueran distinguibles a la vez que la base rítmica
hacía retumbar los cimientos. A este infortunio se le sumó además un público
charlatán que no dejaba disfrutar a los más entusiastas, y que desembocó las
miradas desafiantes de los propios músicos durante las secciones más sosegadas,
haciendo que el resultado final se viera claramente alterado.
Una introducción instrumental servía
como punto de partida al show, dejando desde el primer momento bien a las
claras cual es el punto fuerte del ahora quinteto escandinavo. Un quinteto donde
solo sobreviven el bajista, Sam Riffer,
y el batería Love Forsberg de la
formación original establecida en el ya lejano año 2004. Realizando la primera
de las numerosas jams, empalmaron la
introducción con Between the Lines,
tema de apertura de su reciente “Pioneers”.
La salida repentina de Jonas de los
camerinos entre aplausos se convirtió en incredulidad cuando no se llegaba a
distinguir su voz entre el sonido empastado creado en la sala.
El sonido de la guitarra y de los
teclados era aceptable, y fue dicho combo lo más destacado de piezas
recuperadas como Little Man, The Summer is Old o la magnífica y alargadísima
Bhimpalasi, con esos marcados y distinguidos
sonidos orientales que habían caracterizado a la banda. Tras la salida de KG West han dejado de lado dichas
influencias para centrarse en sonidos más clásicos y reconocibles, pero sin
dejar de lado las largas secciones instrumentales y los marcados tintes de
psicodelia. El uso del sitar, tan
habitual en conciertos de giras pasadas, también ha perdido su protagonismo, a
la par que la voz de Jonas dota a la
banda de unos matices muy diferentes a los imprimidos por un Sartez Faraj sumergido totalmente en su
proyecto con Three Seasons. Ni
siquiera aquellos tiempos donde vocalistas femeninas llevaban la voz cantante
son ya reconocibles. Y aun y con todo, la música sigue sonando a Siena Root.
Long
Way From Home, uno de
sus temas más inspirados y completos demostró la calidad de todos los
instrumentistas y supuso un punto de inflexión en el concierto. El órgano de Erik Petersson se convirtió a partir de entonces en
protagonista, continuando su exhibición con la intro de Root Rock Pioneers y rememorando, junto al guitarrista Matte Gustavsson, los
duelos de Jon Lord y Ritchie Blackmore en intros como la del
legendario Lazy.
Las canciones eran alargadas hasta la
saciedad, nutriéndose de largos pasajes instrumentales y donde Jonas podía descansar para la tralla
final. Allí llegaron dos temas antiguos y redondos como Rasayana, con una línea de bajo espectacular, y Words, durante la cual se produjo el
gran highlight del show. Sam hechó
mano de un arco de contrabajo para percutir las cuerdas de su instrumento, para
acto seguido prender fuego a su punta y suministrar, como si de una antorcha se
tratara, llamas a la estructura de los teclados y a los extremos de los
platillos de la batería. La sala se iluminaba con el fuego proveniente de los
instrumentos, y Love acrecentaba el espectáculo
prendiendo sus baquetas y realizando un brutal solo rodeado de llamas.
Maravilloso.
Tras una breve retirada a los
camerinos, los miembros del grupo volvieron entre numerosos aplausos para
cerrar la velada con otro tema de su primer LP. Así, Coming Home, que exigió la colaboración del público en su
estribillo, suponía el final de un viaje que duró algo menos de hora y media y
que lamentablemente se vio afectado por factores ajenos a una banda que volvió
a demostrar una vez más que tiene algo especial. Esperemos que esta vuelta al
ruedo sirva para que Siena Root
tenga una larga trayectoria y podamos contar con más visitas que nos quiten el
amargo sabor de boca de un concierto que pudo haber sido mucho más redondo.
Seguro que así será.
Setlist: Intro / Between the Lines / Little Man / In my Kitchen / Bhimpalasi / The
Summer is Old / Long Way From Home / Root Rock Pioneers / Rasayana / Words /
Coming Home
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