Una banda cuya base se construye alrededor
de las figuras de un ex–futbolista que llegó a ser internacional sueco, una
baterista femenina que compagina su trabajo con las Sahara Hotnights, y un vocalista con una personalidad marcadamente
excéntrica, no parece destinada a levantar demasiada expectación. Sin embargo,
la presencia del americano Ryan Roxie,
guitarrista del célebre Alice Cooper,
propició que la gira que llevaron a cabo durante principios del año pasado por
nuestro país fuera un verdadero éxito.
Ante tal tesitura, y afirmando que las
numerosas ventas de merchandising han
subvencionado la grabación de un nuevo álbum, la formación sueca no ha dudado
un instante en volver por tierras españolas. Lo que no han previsto es que la
ausencia del californiano debido a la gira del encantador de serpientes, iba a
suponer un bajón de asistencia tan enorme.
Con el sonido de fondo de las
inconfundibles campanas que redoblan al inicio de su segundo trabajo, “Riding
a Black Swan”, el quinteto salía al escenario de una sala que
presentaba un aspecto desolador. Menos de la mitad de la entrada del año pasado
levantaba sus brazos mientras The Giant
Dreamless Sleep era ejecutada de manera impecable por un Anders Ljung ataviado con un turbante y
unas cadenas que ocultaban completamente su cara. El cantante, que ha sufrido
recientemente la dolorosa y repentina muerte de su hermana, volvió a hacer gala
de sus excentricidades y se mostró de nuevo como un frontman más que notable.
Temas de sus dos grandes trabajos en
estudio se fueron sucediendo de manera efectiva, pero se echaba en falta la
sobriedad y el sonido de Roxie. Su
sustituto Jon Sundberg, se mostró
correcto pero demasiado timorato y dejó los galones a un Eric Almstrom que estuvo más pendiente de gesticular y exagerar sus
poses. Aun y con todo, el resultado final no se vio gravemente afectado y el
público pudo disfrutar de una buena interpretación de magníficas composiciones
como la pegadiza Barriers o la melosa
Apocalytic Youth.
Salvando el escollo de hacer olvidar
al guitarrista americano, el gran problema del concierto se vivió con las
nuevas canciones que la banda presentó del que será su inminente tercer trabajo
en estudio. Canciones alejadas de su característico sonido accesible y directo,
y que supusieron un bajón de intensidad tremendo, dejando un sabor agridulce
ante la salida del nuevo LP.
No faltaron himnos como Hail the Liberation y su guiño a Thin Lizzy, o la poderosa It’s Alright, que contó con una gran
intro de batería a cargo de Josephine
Forsman. Una Josephine que estuvo
pletórica durante toda la velada y que se erigió como el gran pilar del sonido de la banda. El bajista
Mats Rubarth, principal compositor de la formación, sin embargo, estuvo sobrio
pero se mostró mucho más frío que en la gira anterior y cedió el protagonismo a sus compañeros.
Ya encarando la recta final del show,
y tras haber abandonado el escenario a ritmo de Deliberaty Wasted, Anders se
subió de nuevo a las tablas y echando mano de la guitarra de Eric comenzó, él solo, a
cantar y tocar la maravillosa Downtown. Con el público sorprendido y entregado,
el resto de la banda se unió al final de la canción para terminarla de manera
más potente y contundente. Sin ningún tipo de duda, uno de los highlights del concierto.
Con la eléctrica No Devil in Me, la popera y aclamada Rich Girl y su gran single Love
and Desperation, la formación escandinava daba por concluido un concierto que,
a pesar de echar de menos a Ryan Roxie
y de presentar una entrada realmente floja, resultó correcto y amenizó de la mejor
manera el cierre del fin de semana. Ante un grupo pequeño no se puede pedir más.
Se presenta ahora la incertidumbre del futuro de una banda con nula promoción, con poca constancia y sin la presencia
de la única figura que los podía hacer llamativos para el gran público. No queda otra que esperar un golpe de suerte que convierta en éxito el trabajo de una banda cuyos álbumes se cuentan por maravillas prácticamente desconocidas y repletas de magníficas y accesibles composiciones. Recemos por que ese milagro ocurra, si no podemos estar ante un nuevo caso de banda de culto que no logró un reconocimiento más que merecido.
Setlist: The Giant Dreamless Sleep / Riding a Black Swan / Barriers /
Apocalyptic Youth / Closer / Hail the Liberation / Shadow Out of Time / Some
Misty Morning / It’s Alright / This is Tomorrow / Deliberaty Wasted / Downtown
/ No Devil in Me / Rich Girl / Love and Desperation
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