Si nos ponemos a elaborar una lista
con los grandes nombres del heavy metal,
no hace falta esperar mucho tiempo para que venga a nuestra mente el de Accept. El grupo alemán fue uno de los
máximos exponentes del género en los 80, influyendo a cientos de
grupos que se han ido desmarcando hacía otros subgéneros, y 30 años después sigue estando en la cresta de la ola.
De aquella época gloriosa, ya no
permanece en la banda su carismático e inconfundible cantante, Udo Dirkschneider. Sin embrago, Wolf Hoffmann y Peter Baltes han encontrado en Mark
Tornillo un sustituto más que digno. Tres discos tienen ya en su haber con
el nuevo cantante, y a pesar de haber endurecido el sonido de la banda,
mantienen ese ritmo pesado y a la vez espídico que siempre les ha
caracterizado. Las marcadas líneas de bajo de Baltes, los solos agresivos de Hoffman
y los coros tan inconfundibles siguen siendo santo y seña del quinteto teutón. Un
quinteto que lo completan el batería Stefan
Schwarzmann y el guitarrista Herman
Frank, quien ya había estado presente en el pasado en la gran obra maestra
del grupo, “Balls to the Wall”.
A razón del reciente lanzamiento de
dicho tercer disco con Tornillo, “Blind Rage”, se nos presentaba la
oportunidad de disfrutar de su directo en una gira que les llevaría por
únicamente tres ciudades españolas. En Barcelona el lleno estaba cercano,
mientras que en Pamplona ya había sido confirmado tras colgarse el cartel de “Entradas Agotadas”. Madrid no iba a ser
menos y la Sala Riviera, que ha
visto reducido su aforo en fechas recientes, presentó una magnífica entrada en
la lluviosa tarde-noche del sábado.
Tras el corto y discreto concierto de
la banda australiana, Damnation Days,
que fue la encargada de hacer entrar en calor a la muchedumbre, se subía un
telón negro que dejaba a la vista una monstruosa batería que reposaba sobre una llamativa plataforma. Una cortina de humo se apoderó del escenario para que
segundos más tarde la banda hiciese acto de presencia ejecutando Stampede, tema que abre su nueva obra.
Al igual que ocurrió con los demás temas que representaron el disco, un total
de seis, la canción adquirió una nueva dimensión y mejoro sobremanera a su
versión en estudio.
La épica Stalingrad, donde Tornillo
ondeó una bandera con el logo de la banda, y Hellfire, precedieron a uno de los mejores temas nuevos, 200 Years. Quedaba claro que la
presencia del nuevo vocalista iba a hacer que el setlist estuviese centrado en
canciones de los últimos discos. Sin embargo, la ejecución de Losers and Winners, la clásica London Leatherboys y la fantástica Starlight, en la que ambos guitarristas
intercambiaron solos en primera línea de batalla, encendieron definitivamente
al público y dejaron bien a las claras el poderío de la etapa clásica.
Algo parecido ocurrió con éxitos que
sonaron de su espectacular álbum “Restless
and Wild”. Así, el coreado tema homónimo y sobre todo una pesada y larga Princess of the Dawn, que fue sin duda
uno de los puntos más álgidos de todo el show, sobresalieron entre temas como Dying Breed, Shadow Soldiers o un No
Shelter en el que los dos líderes de la banda, Peter Baltes y Wolf Hoffmann,
acapararon las miradas del público con un duelo bajo-guitarra espectacular.
Tornillo también fue objeto de muchas miradas, y es que la sombra de Udo es alargada. Pero la verdad es que el americano defendió a las mil maravillas tanto sus temas como los de su predecesor, aunque bien es cierto que le costaba llegar a los puntos más agudos y en ocasiones se llegó a quedar sin aire en varias estrofas. Pero si alguien destacó sobremanera, ese no fue otro que Wolf Hoffmann. El guitarrista teutón fue amo y señor del show, efectuando solos espectaculares, moviéndose de un lado a otro del escenario y haciendo continuos gestos a los fans que respondían con la misma energía que ellos estaban ofreciendo. Y es que la banda no ofrecía respiro ninguno, se iban sucediendo un tema tras otro, con una fuerza y una energía asombrosas para la edad de sus componentes.
La práctica habitual de las bandas no iba a ser desechada por los alemanes, y rápidamente volvieron a escena para escupirnos en la cara un himno como Metal Heart. Puñetazos en el pecho y gritos al son del nombre de la canción encumbraron el tema como uno de los mejores de la noche. A continuación sonó Teutonic Terror, tema poco adecuado para incluir en unos bises, para dar por concluido el show con el indispensable y majestuoso Balls to the Wall, que fue alargado hasta la extenuación y que contó con numerosos solos y con una parte central donde el público fue protagonista.
Ahora sí, el quinteto germano se
despedía definitivamente con una ovación ensordecedora. Las dos horas exactas
de concierto se habían pasado volando sin descanso entre canción y canción. Un
concierto magnífico, con unos coros estupendos, con unas galopadas de bajo
espectaculares y con unas guitarras feroces y agresivas. Una banda en plena
forma que sigue demostrando porque son verdaderos iconos del heavy metal. Winners and Winners!!!
Setlist: Stampede / Stalingrad / Hellfire / 200 Years / Losers and Winners / London
Leatherboys / Starlight / Dying Breed / Final Journey / Shadow Soldiers / From
the Asses We Rise / Restless and Wild / Ahead of the Pack / No Shelter /
Princess of the Dawn / Dark Side of my Heart / Pandemic / Fast as a Shark /
Metal Heart / Teutonic Terror / Balls to the Wall
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